Cuando los Padres Discuten

Es normal que los padres no estén de acuerdo en todo y discutan de tanto en tanto. Es posible que no estén de acuerdo en cosas importantes como el trabajo, las finanzas o alguna decisión familiar relevante. Pueden incluso no estar de acuerdo en pequeñas cosas que carecen de toda importancia.

En ocasiones los padres mantienen la calma y son sensatos cuando no están de acuerdo, y dan al otro la oportunidad de hablar y le escuchan. Pero muchas veces, cuando los padres no están de acuerdo, entonces discuten.

Cuando los padres discuten, es posible que los pensamientos empiecen a darte vueltas en la cabeza. ¿Por qué se están gritando el uno al otro? ¿Significa eso que ya no se quieren? ¿Acaso van a divorciarse?

Es fácil sacar conclusiones precipitadas cuando oyes discutir a tus padres. Pero la mayor parte del tiempo las discusiones son una manera de liberarse de las tensiones cuando han tenido un mal día, no se encuentran bien o están bajo mucho estrés.

Es Normal que los Padres Discutan

Es normal que la gente tenga opiniones, sentimientos y enfoques de las cosas diferentes. Hablar sobre esas diferencias es el primer paso para encontrar una solución de mutuo acuerdo. Es importante que los miembros de una familia sean capaces de decirse cómo se sienten y qué creen, incluso cuando no están de acuerdo.

A veces los padres pueden tener opiniones tan dispares que esa diferencia de pareceres puede llevar a una discusión. La mayor parte del tiempo, esas discusiones se olvidan rápidamente, los padres se disculpan y hacen las paces, y la familia vuelve a su rutina habitual.

Cuando la Discusión de los Padres va Demasiado Lejos

Pero a veces, cuando los padres discuten, hay demasiados gritos, chillidos e insultos y se dicen cosas muy duras. Aunque algunos padres se comporten de este de modo, no está bien faltar el respeto a otros miembros de la familia, usar lenguaje degradante o insultante, chillarles o gritarles.

En ocasiones, las discusiones de los padres van todavía más lejos, incluyendo empujones, lanzamiento de objetos o golpes. Aunque ninguno de los dos sufra lesiones físicas, una discusión ha ido demasiado lejos cuando uno de ellos utiliza amenazas para tratar de controlar al otro a través del miedo. Por ejemplo:

  • amenazando con lesionarse a sí mismo
  • amenazando con suicidarse
  • amenazando con abandonar al otro
  • amenazando con denunciar al otro a bienestar social
  • destruyendo las propiedades del otro

Estas cosas nunca son aceptables. Cuando las discusiones se convierten en peleas, pasando a las manos o incluyendo amenazas, significa que las personas que se están peleando tienen que aprender a controlar el enfado.

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