En la mayoría de los casos, el reposo es la principal medida que se toma durante el tratamiento contra el sarampión para reducir la fiebre y otros síntomas de la enfermedad; cuando no hay complicaciones, éstos suelen desaparecer después de los 7 o 10 días de haberse manifestado la enfermedad.

No hay un tratamiento específico para el sarampión. Una vez que comienzan los síntomas, es cuestión de tiempo para que el cuerpo genere un ataque inmunológico que acabe con el virus. Sin embargo, aquí hay algunos consejos a seguir para acelerar el proceso de cura:

• Verificar constantemente la temperatura corporal y, si esta es alta, bajarla con compresas frías.
• Tomar paracetamol o ibuprofeno para bajar la fiebre y aliviar dolores ocasionados por la infección.
• Los medicamentos para la tos son de poca ayuda. Los niños de más de 1 año de edad pueden sentirse mejor con una cucharada de jugo de limón y dos de miel mezcladas en un vaso de agua tibia.
• Evitar la deshidratación: los niños pequeños se deshidratan fácilmente, lo cual empeora la tos, por lo que se recomienda que beban muchos líquidos.

En los casos graves de sarampión, especialmente cuando hay complicaciones severas, puede ser necesario el tratamiento en un hospital.