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Comer compulsivamente, un trastorno que tiene orígenes emocionales

Actualmente existe una epidemia de obesidad sin precedentes en la historia de la humanidad, se piensa que se debe a la baja actividad física que llevamos a cabo las personas y al abuso de comidas poco nutritivas y con altos contenidos calóricos, mismos que somos incapaces de quemar y se almacenan en nuestros cuerpos.

La obesidad es un tema de cuidado porque puede acarrerarle muchos problemas a quien lo padece. Los problemas que puede desarrollar una persona con obesidad pueden ser físicos, emocionales y sociales. La distorsión que existe en la actualidad en torno a la imagen y el cuidado corporal ayudan a que las personas con sobrepeso sean víctimas de maltrato.

Existe una adicción a la comida, las personas que la padecen comen incontrolablemente y se les llama comedores compulsivos. El origen de esta ansiedad que provoca comer en exceso es psicológico, pues está comprobado que los comedores compulsivos intentan reparar el daño emocional con la comida, lo cual se convierte en un círculo vicioso, pues se sienten mal, al comer, engordan, lo cual los lleva a sentirse aún peor.

Muchas de las personas que son comedoras compulsivas intentan seguir estrictos régimenes alimenticios y dietas para bajar de peso, en la mayoría de los casos el régimen dura poco tiempo, pues comen por la necesidad emocional que se crean. Los comedores compulsivos evaden sus problemas de la misma manera que los alcohólicos, sustituyendo sus necesidades emocionales con objetos u actividades dañinas.

Los comedores compulsivos se 'comen' sus emociones porque son incapaces de manejarlas de manera adecuada.

La forma en que un comedor compulsivo se forma es sencillo: deja de hablar de sus emociones y comienza a 'comérselas', así la comida se convierte en un excelente pretexto para lograr aislarse de la sociedad.

Otra de las razones por las cuales resulta fácil para los comedores compulsivos seguir con su destructivo hábito es lo fácil que resulta obtener estas 'drogas legales' disfrazadas con envolturas luminosas y atractivas. Así es como los chocolates y demás golosinas llenas de harinas refinadas y azúcar llegan hasta quien será su consumidor final: el comedor compulsivo.

Los alimentos favoritos de los comedores compulsivos son aquellos que permiten que se liberen endorfinas, estas sustancias que segrega el cerebro lo llevan a un estado de bienestar y excitación en el que el comedor compulsivo se siente seguro.

Muchas veces se clasifica a los comedores compulsivos como personas flojas y débiles que sucumben ante la tentación de la comida poco nutritiva, pero esto poco tiene de cierto. Es importante reconocer el verdadero origen de este problema para poder atacarlo. La compulsividad al comer tiene un origen emocional que los lleva a la obesidad, por lo cual no puede tratarse con una dieta o régimen de ejercicios, debe existir terapia específica que ayude al paciente a exteriorizar sus emociones.

Quienes son comedores compulsivos logran superar su adicción a la comida cuando logran entender, encarar y superar los problemas que intentan 'comerse', en ese momento el círculo vicioso de comer-pelear, llorar-comer, termina.

Tan sólo en México una de cada siete personas tiene problema de peso, además de ser el país con el más alto índice de obesidad de latinoamérica, además de ser el país con más niños obesos en todo el mundo. La obesidad es un problema que ha traspasado las fronteras y está cobrando víctimas que llegan a ella a consecuencia de una mala alimentación y una escasa actividad física.

Las personas que sufren de compulsión por la comida deben buscar ayuda médica y psicológica. Actualmente existen grupos como Comedores Compulsivos Anónimos que ofrecen ayuda gratuita a las personas que lo requieran.

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