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El ejercicio, un aliado para la recuperación de un ataque cerebral

Una de las enfermedades más graves que se enfrente el ser humano son los accidentes cerebrovasculares (ACV), también conocidos popularmente como ataques cerebrales.

Un ataque cerebral es un padecimiento en el cual se detiene la circulación de la sangre en el cerebro, provocando la muerte de las células cerebrales. Generalmente, un ataque cerebral es provocado por la aparición de coágulos en el cerebro, los cuales dificultan que la sangre fluya y, en consecuencia, se presente un ataque cerebral.

Desafortunadamente, los ataques cerebrales pueden afectar procesos mentales de gran importancia como es el caso de la memoria y el lenguaje, es por ello que muchos pacientes que se recuperan de un ataque cerebral tienen dificultad para hablar fluidamente, además de que tienen más problemas para aprender y recordar sucesos  pasados.

Sin embargo, un estudio realizado por investigadores del Instituto de Rehabilitación de Toronto encontró que los pacientes que realizan ejercicio moderado pueden mejorar su salud después de un ataque cerebral.

Para obtener esta conclusión, el estudio pidió a un grupo de 41 pacientes, con antecedentes de haber sufrido de ataque cerebral y cuya movilidad se vea limitad a caminar con bastón, que participaran en un programa de activación física, el cual consistía en caminar, levantar pesas ligeras y hacer sentadillas.

El ejercicio mejora la movilidad, la atención y la memoria en personas que han sufrido ataques cerebrales

Durante seis meses se evaluaron las capacidades cognitivas de los pacientes, además de su rendimiento físico.

Al finalizar la prueba se encontró que los pacientes que se ejercitaron lograron reducir entre un 37 y 66% el deterioro cognitivo que presentaban. El estudio indica que los pacientes lograron mejorar su atención y concentración. Asimismo, ganaron musculatura.

La doctora Susan Marzolini, principal autora de la investigación, señala que los resultados del estudio "proveen evidencia convincente de que al mejorar la aptitud cardiovascular a través del ejercicio aeróbico y aumentar la masa muscular con el entrenamiento en fuerza, las personas con ataque cerebral pueden mejorar su salud cerebral".

Marzolini indica que “las personas que presentan déficits cognitivos tras un ataque cerebral tienen el triple de riesgo de mortalidad, y son más propensas a ser institucionalizadas {…} Si podemos mejorar la cognición a través del ejercicio, que también tiene muchos beneficios físicos, esto debería convertirse en el estándar de atención de las personas tras el ACV".

Al respecto, Ian Joiner, director de la Heart and Stroke Foundation, considera que "una vida sana es importante para reducir el riesgo de ataque cerebral, recuperarse de un ataque cerebral y prevenir otro. Todos deberíamos gestionar nuestros factores de riesgo de ataque cerebral, y cuando sea necesario, tener acceso a información y consejería sobre estrategias para modificar nuestras opciones de estilo de vida".

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