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¿Has pensado cómo te gustaría que naciera tu bebé? Tipos de parto, escoge cuál quieres

El parto es un momento muy especial en la vida de cualquier mujer, el cual, está destinado a vivirse de la mejor manera posible, procurando la salud del bebé y de la madre. De ahí que, se deben conocer, como lo asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS), los distintos tipos de parto que la ciencia médica ofrece a todas las mujeres, con el fin de que tomen una decisión seria y responsable de lo que será el nacimiento de su bebé.

Parto natural, el cual significa riesgos mínimos para salud de ambos, toda vez que, los doctores, no hacen alteración alguna en la madre o el feto, es decir, no utilizan medicamentos, como la oxitocina o anestesia  y el bebé sale por el canal natural de parto de la madre.

En este tipo de parto, los médicos basan su diagnóstico en los latidos del bebé y en la frecuencia e intensidad de las contracciones de la madre, con el fin de sólo esperar a que el producto salga, de forma natural, desde vientre de la madre.

Entre los beneficios de este tipo de parto destacan, el contacto inmediato del recién nacido con su madre, desarrollando su capacidad nata de relacionarse con el resto del mundo. Aunque, cabe mencionar que, si se opta por este tipo de parto, la madre se deberá preparar para enfrentar los malestares propios de la fase final del embarazo y el parto mismo, por medio de: cursos sobre cómo respirar, pujar o detectar el momento justo en el que el bebé quiere nacer, a estos también se le llaman “cursos psicoprofilácticos”; yoga o hipnosis, para soportar el dolor en el parto. Se recomienda, además, preguntar sobre una posible anestesia, con el fin de que la madre controle el trabajo de parto y pre-parto con el mínimo dolor posible. Comúnmente, se utiliza la anestesia epidural, misma que permite que la madre contemple el nacimiento de su hijo.

Parto por cesárea. Es un parto no vaginal, que consiste en realizar una incisión en el vientre materno para extraer al bebé, debido a complicaciones variadas, como, por ejemplo: cuando el bebé viene con los pies o nalgas hacia abajo o en posición transversal, tensión fetal, cavidad pélvica menor al tamaño del bebé, sangrado vaginal o infecciones virales activas que afecten al cuello uterino y que, a la postre, le signifiquen riesgos a la salud del bebé.

Los partos en agua se han popularizado debido a que ayudan a la madre a dilatar más rápidamente, y alcanzar un nivel óptimo de relajación.

Sin embargo, un trabajo publicado en la revista científica Diabetología, realizado por la Universidad Queen's de Belfast, Irlanda, demostró que los niños nacidos por cesárea tienen un 20% más de riesgo de sufrir diabetes tipo 1, debido a la llamada “teoría del exceso de higiene”, es decir, las condiciones de asepsia de la cesárea impiden que el bebé entre en contacto con la flora bacteriana del canal del parto, frenando el desarrollo íntegro de su sistema inmunológico.

A pesar de ello, los médicos cada vez más, tienden a realizar el parto por cesárea. Por ejemplo, en el Reino Unido, algunos ginecólogos, han desarrollado una nueva técnica para que, cuando la cesárea sea inevitable y necesaria por la salud materno-fetal, se deje al bebé nacer a su propio ritmo.

Dicha técnica consiste en que, después de que la incisión quirúrgica en el abdomen de la madre, el médico retrasa el parto, con el objetivo de que las contracciones uterinas estimulen la función pulmonar del pequeño, como sucede en los nacimientos vaginales y, así, él mismo haga el trabajo de salir. Finalmente, se corta el cordón umbilical hasta éste deje de funcionar de forma natural.

Parto en agua. Últimamente dar a luz en un ambiente acuático se ha convertido en una alternativa de parto con grandes niveles de aceptación en el mundo. Una vez que la madre ha superado la etapa de contracciones, se inicia la hidroterapia, donde el agua circula por medio de filtros a 37º C de temperatura, para que el bebé nazca a temperatura corporal. Así mismo, el agua se mantiene limpia para que este tipo de parto esté libre de infecciones, reduciendo cualquier problema posterior en la salud del niño.

Los partos en el agua se han extendido por todos el mundo, esta práctica se utiliza mucho en Bélgica, Reino Unido, Francia, Japón, Australia, Estados Unidos y España. De hecho, en este último país, se crean cada año más centros especializados en la práctica de este tipo de parto.

Y no es una simple moda, ya que, el agua puede jugar un rol fundamental en el parto: ayuda a la dilatación de la madre, facilita la adopción de posturas naturales e instintivas en el alumbramiento,  ayuda a alcanzar un nivel óptimo en cuanto a la relajación de la madre,  gracias a que reduce la producción de adrenalina,  culpable de la rigidez del cerviz en el parto y, sobre todo, encamina al bebé a nacer en un ambiente que, inevitablemente, ayude a desarrollar sus pulmones, reflejos y circulación sanguínea.

Parto en cuclillas. En este tipo de parto, la posición facilita la salida del bebé, porque la madre, además de los movimientos involuntarios del propio cuerpo, recibe la ayuda adicional de la fuerza de gravedad. Todo ello, provoca que la madre necesite menos puje y se estimule mayor abertura de pelvis.

Igualmente, existe el llamado Parto Leboyer. Su objetivo es minimizar el trauma psicológico que implica el nacimiento, brindando al bebé un ambiente tranquilo y con luz tenue, durante el parto; complementado con suaves masajes que estimulan la respiración del producto.

Por otro lado, se pueden dar los partos inducidos, en los cuales se acelera el proceso de parto con alguna substancia como la oxitocina, que no es dañina al bebé, sin embargo es muy difícil que la madre lleve un parto sin anestesia debido a que los dolores se aceleran y no dan espacio, para un respiro o relajación entre contracción y contracción.

En el parto con fórceps, se necesita de la asistencia de una especie de tenaza, para poder extraer al bebé, debido a que éste ha quedado detenido en el canal del parto y es nula la posibilidad de seguir dilatándolo, se utiliza cuando el bebé es muy grande o viene en alguna postura que representa un peligro latente para la madre.

Parto con ventosa, similar al anterior, pero empleando una ventosa, que jala al bebé por la cabeza; en este tipo de partos, se suele administrar oxitocina, con el fin de aumentar las contracciones y acelerar el parto.

Como se ha leído, mayoría de los partos se desarrollan sin complicaciones, sin embargo, ginecólogos recomiendan tomar en cuenta que siempre pueden existir algunas complicaciones que podrían necesitar tratamiento especial, por lo que se deben practicar bajo la supervisión médica correspondiente, de tal modo que, las posibles dificultades, puedan ser detectadas con antelación y se lleve a cabo el tratamiento adecuado para el tipo de parto que la madre desee realizar, siempre con miras a la perfecta salud y bienestar del bebé.

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