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¿Cuánto pueden ganar los prejuicios a la salud?… todo sobre la vasectomía

Diversos estudios afirman que, cuando se trata de hacerse la vasectomía, la decisión más importante que tomará un hombre no es cómo se hará, en dónde ni a qué precio, ya que es un procedimiento seguro, sencillo y relativamente barato, sino por qué se debe hacer. La elección podría parecer poco complicada, pero está vinculada al ego y al estilo de vida, a las percepciones y a los valores que muchos hombres tienen sobre su propia sexualidad.

La mayoría de los hombres que se someten a la vasectomía son personas que están a finales de sus treinta años y que han tenido todos los hijos que deseaban tener. Pero una minoría importante, mencionan diversos especialistas, son hombres que están en sus veinte años que todavía no han tenido hijos y han decidido no tenerlos o, en su caso, que tuvieron una vida sexual precoz.

El doctor Peter Nieh, médico urólogo en la Clínica Lahey en Massachussets, afirma que la vasectomía es una forma casi permanente para controlar la natalidad, por lo que se debe pensar muy bien en caso de que se decida practicar, ya que el hecho de que no se desee tener hijos ahora, no significa que se piense de dicha manera después.

Cabe mencionar que los espermatozoides son las células reproductivas masculinas, mismas que se forman en los conductos seminales de los testículos. Durante el orgasmo sexual, los espermatozoides salen de los testículos a través de dos tubos llamados conductos deferentes y se combinan con el semen para dar lugar a la eyaculación. El propósito de la vasectomía es cortar y ligar los conductos deferentes, con el fin de que los espermatozoides no puedan llegar a mezclarse con el resto del líquido seminal y el hombre aún podrá eyacular semen, mismo que no será fértil.

En una vasectomía convencional, se inyecta anestesia local y se hace una incisión a cada lado del escroto. Posteriormente, se corta y se liga cada uno de los dos tubos con los conductos deferentes. La vasectomía sin bisturí, en la cual se usa una herramienta especial para hacer una abertura en el escroto en lugar de una incisión y así cortar los conductos, es incluso más simple. En ambos procedimientos el paciente puede estar despierto.

Literalmente, afirma el especialista, la vasectomía es sólo un corte y un tijeretazo que puede tomar hasta 20 minutos en cualquier quirófano o, incluso, en el consultorio de un especialista. De hecho, se dice: “practíquese una vasectomía el viernes y volverá al trabajo el lunes”.

Además, es efectiva en casi el 99% de los casos, y asimismo, prácticamente a todos los pacientes les permite llevar una vida sexual tan satisfactoria como se hacía antes del procedimiento. Sin embargo, asevera el doctor Nieh, todavía hay espermatozoides presentes en la eyaculación durante algunos  meses después de la operación, por lo que se recomienda realizar un par estudios clínicos sobre el número de espermatozoides presentes en el líquido seminal después de aproximadamente 20 a 25 eyaculaciones posteriores a la vasectomía, por lo que se recomienda ser cuidadoso en dicho periodo, ya que se sigue siendo fértil.

En México, según datos de IMSS, la proporción de hombres que se hacen la vasectomía contra mujeres es de siete a uno; para la Secretaría de Salud Federal, es de 15 a uno, y para Fundación Mexicana para la Planeación Familiar es de 30 a uno.

Lo que no es tan simple, es decidir por qué debe practicarse una vasectomía, menciona el doctor Michael Warren, Jefe de la División de Urología de la Sección Médica de la Universidad de Texas-Galveston, ya que casi no existen razones médicas (excepto por una cantidad mínima de hombres que padecen de una infección crónica en los testículos) por las cuales un hombre tenga que practicarse una vasectomía.

Se calcula que aproximadamente 60 millones de personas se han sometido a la vasectomía en todo el mundo, desde que después de la Segunda Guerra Mundial, se popularizó como un método para el control de la natalidad. Asimismo, existen registros de que anualmente 500mil norteamericanos se hacen la vasectomía, de las cuales, el 72% de éstas son practicadas por urólogos, el 15% por médicos de planificación familiar y el 13% por cirujanos generales.

Sin embargo, a pesar de ser más rápida, segura, barata y sencilla que la ligadura de trompas en las mujeres, todavía se practican un menor número de vasectomías que ligaduras tubáricas en todo el mundo. Las principales razones por las cuales los hombres se niegan a practicarse la vasectomía estriban en el miedo al dolor, las posibles complicaciones de la cirugía escrotal y argumentos de ‘tipo machista’, por lo que se ha optado encargar el control natal a las mujeres.

De acuerdo con los registros internacionales de salud, la vasectomía es empleada por cerca del 10% de los varones en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que está aumentando la cantidad de hombres que la eligen como método de planificación familiar, pero las estadísticas en países como México, Bolivia, Ecuador, Venezuela o Argentina reportan que esta práctica se ha estancado desde hace más de 10 años.

Por ejemplo, según reportes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en 1995 hubo 23 mil 53 operaciones; en 1998 disminuyeron a 20 mil 686; en 2005 hubo un ligero repunte con 25 mil 190, y en 2006 bajó a 23 mil 964 casos. Cifras que se mantienen similares hoy en día. Asimismo, comparada con el número de esterilizaciones femeninas, la vasectomía queda muy rebasada. Datos de la misma institución señalan que la proporción es de siete a uno; para la Secretaría de Salud Federal en México, es de 15 a uno, y estadísticas de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), muestran que el índice puede rebasar el 30 a uno.

Igualmente, la OMS, en su documento Vasectomía, marca que en promedio se realiza el cuádruple de operaciones femeninas que de vasectomías en el mundo: la esterilización femenina interviene en la mayoría de los 202 millones de parejas que se benefician de la esterilización, mientras que se estiman en unos 39 millones las parejas en las que ha intervenido la vasectomía, registros que se iniciaron en los años setenta. Cifras que, de acuerdo con especialistas, se atribuyen a campañas de difusión insuficientes, temores y tabúes acerca de la operación y la confusión entre masculinidad y reproducción.

Por lo que, diversos especialistas recomiendan descartar los mitos entorno a la vasectomía ya que, como se ha leído, no existe riesgo de impotencia relacionada con dicho procedimiento, por lo que la masculinidad no está en riesgo, ni mucho menos existe disminución de la líbido, garantizando un desempeño sexual pleno, o posibles complicaciones quirúrgicas graves después de una vasectomía.

Algunos de los motivos primordiales por los cuales se sugiere elegir la vasectomía como el método de control natal versus la femenina son:

- Contar con todos los niños que se planearon tener con la pareja.

- Disfrutar de una vida sexual plena sin tener miedo al embarazo.

- No querer usar otros métodos anticonceptivos (lo cual no implica que estén a salvo de alguna enfermedades de transmisión sexual (ETS).

- La vasectomía es más fácil y cuesta menos que el control de natalidad permanente para la mujer.

- Cuando un posible embarazo pueda representar graves riesgos a la pareja, debido a problemas de salud.

- La imposibilidad de someterse a  cualquier cirugía de control natal.

Por último, se asegura que la vasectomía puede ser un procedimiento reversible sólo cuando así se elige y se conoce como vasovasostomía, el cual tiene un índice de efectividad inversamente proporcional al tiempo transcurrido desde la realización de la vasectomía: a menor tiempo transcurrido, mayor porcentaje de éxito. Por debajo de los 5 años suelen recuperar la fertilidad hasta en un 98%, cifra que cae por debajo del 35% si el tiempo transcurrido supera los 15 años.

La separación y la formación de una nueva pareja, generalmente más joven y sin hijos, el síndrome del “nido vacío” (cuando los hijos crecen y los padres se sienten solos) o la muerte de un hijo a corta edad, suelen motivar la reversibilidad de la vasectomía, por lo que también se trata de un procedimiento digno de analizarse en pareja, con el fin de cuidar la salud física y mental de ambos y también de un posible nuevo hijo.

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