Límites

Alcoholismo y Delincuencia

Los efectos desinhibidores del alcohol llevan a las personas a hacer cosas que de otra forma no podrían hacer. En cantidades moderadas, el alcohol tiene un lugar legítimo como una bebida socializadora: puede animar a la gente, incluso a extraños, para abrirse en una atmósfera acogedora. Lamentablemente, otra propiedad del alcohol es que es adictivo en el corto y largo plazo.

Otro grave problema con el alcohol es que afecta las emociones, y es también un potencializador de los estados de ánimo, de manera que la felicidad, la tristeza o el enojo pueden ser fácilmente intensificados por el alcohol. Este factor lleva en muchas ocasiones a la gente a dar rienda suelta a sus emociones: a veces positivamente, pero con mucha más frecuencia de manera negativa y violenta.

¿Qué hacer?

Muchas instituciones gubernamentales han desarrollado estrategias para evitar que las personas consuman alcohol irresponsable; el plan implementado más comentado a la fecha ha sido el Alcoholímetro, en México, programa a través del cual se ha prohibido manejar en estado de ebriedad.

Una de cada seis de las muertes en carretera está relacionada con el alcohol. Esto significa que aproximadamente 11 personas son asesinadas cada semana por conductores ebrios.

A pesar del gran número de campañas de consciencia dirigidas a los conductores, y cada vez más severas las sanciones impuestas a las personas que beben antes de conducir, miles de personas siguen haciendo caso omiso de la ley y las vidas de los demás.

En la actualidad no existe un claro consenso sobre la forma de reducir los delitos relacionados con el alcohol, pero debe ser abordada como parte de una estrategia más amplia para reducir el nivel general del abuso de alcohol y la dependencia en la población. Lo más valioso que podemos hacer, como individuos, es educarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean.

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