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La Cena navideña, disfruta sin pesar. Tips para cuidarte y no engordar

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En navidad celebramos, pero también nos excedemos. Si eliges adecuadamente qué comer o cenar en navidad, no sentirás el peso sobre tus hombros en enero.

Muchas personas realizan un control de sus hábitos alimenticios durante todo el año, pero con la llegada de diciembre, todo se olvida. Pareciera que en este periodo, no existe otra alternativa, mientras que no sólo las hay, sino que, según expertos en endocrinología y nutrición, son fáciles, económicas, ricas y muy saludables. Simplemente hay que saber elegir qué comer.

Se pueden saborear y disfrutar los alimentos característicos de esta época, como turrones, frutas de la temporada, pavo, los romeros y el bacalo, así como la sidra y los vinos, siempre y cuando sea en cantidades moderadas, sin que esto interfiera de forma significativa en su  salud o en el aumento espontáneo de peso.  Hay que hacer conciencia de que cuesta menos ‘no pasarse’ que ‘pesarse’ en enero .

En navidad, es habitual confundir, psicológicamente, y gracias a la gran cantidad de alimentos en la cocina o en las mesas, la sensación de hambre con la de sed, por ello es importante beber muchos líquido naturales: jugos, te, agua de frutas naturales o, sencillamente, agua natural. Así, el cuerpo se mantiene en constante purificación y desintoxicación.

Se recomienda, también, para prevenir cualquier infección estomacal, comprar los alimentos y bebidas sólo en establecimientos formales, en tiendas o  en mercados limpios; verificar que los productos tengan: registro sanitario, fecha de vencimiento, nombre y dirección del fabricante, que la etiqueta esté en buen estado y que se pueda leer claramente; no comprar alimentos enlatados que estén abollados, hinchados u oxidados; que las bebidas gaseosas, refrescos, sidras, tengan, efectivamente, gas y no presenten decoloración; que los lácteos, carnes, aves, pescados y mariscos, estén exhibidos en condiciones salubres, aspecto fresco y en refrigeración constante; no mantener mucho tiempo los productos perecederos en las bolsas, o carritos de supermercado, procurando que se conserven fríos.

La base de la alimentación debe ser, en la medida de lo posible, natural. En lugar de las entradas tradicionales, como papas fritas, dips o quesos, que suelen suponer un aporte energético muy grande, por otras más ligeras a base de hortalizas y verduras por ejemplo espáragos o cerezas, uvas, nueces y arándanos. Además, se va a acompañar con panes o harinas, buscar que sean integrales y multigranos.

Como primer plato, optar por sopas y consomés o cremas, sin grasa. Como plato fuerte, elegir pescados como el bacalo, como perfectos sustitutivos de las carnes rojas, que contienen altas cantidades de grasa y calorías. En el caso de optar por las carnes, elegir aquellas con poca grasa, como el pollo, o el pavo (en especial la pechuga que, contiene muy poca grasa), también conejo o codorniz. Todo ello acompañado de aderezos, salsas  y demás insumos preparados en casa, cocidos con aceite de olivo. En caso de comer los famosos romeritos, recordar que el mole suele tener importantes cantidades de azúcar por lo que se recomieda disfrutar con moderación.

Para el postre, preferir la repostería casera, toda vez que es más fácil controlar los ingredientes y las cantidades de estos. Los postres hechos a base de frutas como “los fruitcakes¨o las gelatinas, son alternativas más saludables que los dulces típicos de navidad. Aunque si se cuidó la cantidad de grasa en el resto de la cena, un pedacito de turrón es una delicia que vale la pena disfrutar.



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