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¿Te huele la boca, o de la nada, te ofrecen un chicle? Evita el mal aliento

A quién no le ha pasado que, a lo largo de una conversación llega un molesto olor desde la boca de nuestro interlocutor, síntomas de halitosis. Hecho que, inevitablemente, nos orilla a voltear, disimular el desagrado, o en el peor de los casos, fingir prisas o urgencia y terminar el diálogo de inmediato, ocasionando, además, estrés. No se diga en la pareja, durante un beso, al despertar o en la noche, después de cenar. Mal aliento, una condición común y molesta, misma que, a su vez, puede ser síntoma de una serie de enfermedades.

Comúnmente, las personas con halitosis, suelen tratar de esconderlo o disimularlo con la ingesta de chicles o pastillas de menta, lo cual puede empeorar la situación, toda vez que, el azúcar produce caries, acumulando bacterias y sustancias tóxicas en la cavidad bucal. Y, en palabras del doctor Aldo Torre Delgadillo, gastroenterólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, el tabaco es la causa principal del mal aliento en la población adulta en México, seguido de una deficiente salud bucal y dental.

Aproximadamente, el 80% de los casos de mal aliento son atribuidos a la presencia de gérmenes que fabrican gases azufrados, que encuentran refugio en los pliegues de lengua o en el espacio entre dientes y encías; las cuales, descomponen proteínas y carbohidratos contenidos en alimentos, sangre, secreciones mucosas y células muertas del interior de mejillas produciendo gases pestilentes, como sulfuro de hidrógeno y metil-mercaptano.

Lo anterior suele presentarse al no seguir adecuadamente una buena higiene bucal, ya que, ello permite que las bacterias se alimenten de los restos de comida y, como se ha leído, la descompongan y generen mal aliento. Así mismo, fumar o ingerir bebidas alcohólicas, lesiona a las encías y la lengua, hecho que también fomenta tener mal aliento. En este sentido, la presencia de halitosis puede ser señal de enfermedades como: caries, cálculos en los dientes o encías, disminución de la saliva, que también puede suceder como consecuencia del consumo de antihistamínicos o gingivitis. Por lo que se recomienda acudir con el médico dentista, si el mal aliento continúa.

El mal aliento es una condición común y molesta que puede consecuencia de lo que comemos o síntoma de una serie de enfermedades, que van desde infecciones bucales hasta problemas degenerativos como el Parkinson.

El mal aliento también puede originarse a partir de una serie de enfermedades crónicas que incluyen: la diabetes, la cirrosis, sinusitis, inflamación de amígdalas, neumonía o desviación del tabique, trastornos en riñones, gastritis, colitis, úlceras, regurgitación o reflujo. A su vez, Torre Delgadillo afirma que, las personas con enfermedades neurodegenerativas, como son el mal de Parkinson, la esclerosis o la demencia senil, pueden contraer halitosis,  las cuales provocan una deficiente ingesta de los alimentos, pues no digieren, ni mastican o tragan de manera inadecuada.

Igualmente, el  mal aliento también es ocasionado por el consumo algunos alimentos o líquidos en específico, que contienen sustancias olorosas que recorren el cuerpo, por medio de la sangre, y se terminan exhalando por la boca. Éstos pueden ser alimentos de origen animal, así como frutas y verduras, entre los que destacan el ajo, la cebolla, algunos pescados, leche, huevo, pimienta, comino, chiles, rábanos, pepinos, cacahuates, clavo, col, brócoli o café.

A su vez, las dietas rigurosas también ocasionan halitosis debido a que dan lugar a un estado conocido como ketosis, la cual induce la producción de ácidos en la sangre,  debido a que el organismo adolece de los carbohidratos necesarios para conservar el metabolismo equilibrado, teniendo que recurrir a las grasas almacenadas en el cuerpo para obtener energía, exhalando los gases de este proceso y causando mal aliento.

En muchos casos, también, el estómago en específico llega a tener cierta participación en el mal aliento. Esto, en las personas que sufren tráfico gástrico lento; en otras palabras, cuando el proceso de degradación y aprovechamiento se retrasa, las bacterias causantes de gases y olores desagradables permanecen en la zona estomacal durante más tiempo, teniendo que expulsarlos por la boca. Lo mismo sucede cuando no hay suficiente ácido gástrico y los alimentos no se degradan adecuadamente, quedando residuos de ellos en el estómago, fomentando la vida de bacterias causantes de halitosis.

Además, uno de los casos más comunes del mal aliento son las amígdalas con criptas, pequeños orificios en los que se acumulan restos de alimentos que suelen entrar en estado de descomposición y favorece la aparición de agentes que fomentan la halitosis. Lo mismo sucede en casos de cáncer de esófago.

¿Qué hacer si se tiene mal aliento? Expertos recomiendan, antes que nada y, para evitar bajarse la autoestima ante alguna situación incómoda, preguntárselo a algún amigo, familiar o alguien de confianza, ya que es casi imposible detectarlo de propia cuenta, toda vez que, las fibras sensitivas del nervio olfativo (localizadas en la parte superior de la nariz), se acostumbran a los olores propios, por lo que es casi imposible percibirlos y mucho más, el mal aliento.

La manera de evitar el mal aliento es conservar una adecuada salud bucal. Igualmente, procurar el consumo de productos naturales con gran contenido de clorofila, como perejil, espinaca y cilantro, sustancia que favorece la digestión y la depuración de la flora intestinal; así mismo, algunos odontólogos y gastroenterólogos, con el fin de fomentar la secreción de saliva, recomiendan masticar chicle sin azúcar; igualmente, llevar una dieta saludable y consumir dos o más litros de agua natural al día para frenar el mal aliento.

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